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La Justicia confirmó el cronograma. Cómo juegan Máximo Kirchner, Eduardo De Pedro y Axel Kicillof para contener el operativo anti-PASO que impulsan los gobernadores del norte. La interna radical de este domingo en Buenos Aires: una prueba piloto que el oficialismo aprovechará para confirmar la vigencia de las primarias. Los gestos con el escrutinio provisorio y los preparativos que ya comenzaron.

(Foto: Soledad Quiroga)

19 de marzo de 2021  

Por segunda vez en tres meses, la Cámara Nacional Electoral rompió el silencio y publicó el calendario electoral vigente. Las primarias tienen fecha para el 8 de agosto y las generales para el 24 de octubre, pero la acordada 20/21 es mucho más que un acto administrativo. Si no hay cambios en el Congreso, implica que los preparativos logísticos y técnicos ya están en marcha y es la confirmación legal de que las visitas a las urnas se concretarán dentro de cinco y siete meses.

La comunicación del máximo tribunal judicial (que está a cargo del escrutinio definitivo) terminó de volcar en cámara lenta los hechos a favor del mantenimiento de las primarias en la fecha que establece la ley. Es parte de la estrategia que eligió el Gobierno para contener el pedido de suspender las PASO y que la vorágine de los preparativos electorales diluyan el objetivo que se plantearon los diez gobernadores norteños desde el año pasado: suprimirlas por razones económicas y sanitarias.

La delantera de Cristina

Las dudas sobre la utilización de las primarias en medio de la pandemia llevan casi un año. El ministerio del Interior, que conduce Eduardo “Wado” De Pedro repite desde agosto pasado que lo único en pie es el cronograma vigente. Aclaró que si hay cambios impulsados por el Congreso, el Ejecutivo aplicará las nuevas fechas. Las alternativas para frenarlas se escurren ante la decisión política de avanzar con los preparativos y la resistencia frontal que ofreció el presidente del bloque del Frente de Todos en la Cámara baja, Máximo Kirchner y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.

De Pedro, Kirchner y Kicillof han sido hasta ahora los tres principales obstáculos que encontraron los gobernadores del Norte Grande para suprimir las PASO. El presidente Alberto Fernández dejó jugar al operativo anti-PASO y escuchó los reclamos de los mandatarios provinciales, pero no frenó en ningún momento la marcha de la cartera de Interior ni de su Dirección Nacional Electoral. La muestra técnica más reciente es la publicación a principios de febrero del pliego de condiciones para licitar el recuento provisorio de votos para las primarias y las generales. Su borrador original fue corregido por la CNE, los apoderados del PRO, y el ex secretario de Asuntos Políticos de la era Macri, Adrián Pérez y las empresas Indra, Smartmatic, Boldt, TNG y Ex-Cle, que participarán de la licitación.

Una interna radical que le conviene a Kicillof

La resistencia de Kirchner en Diputados fue firme. Lleva al menos seis meses diciéndole a la oposición que la suspensión no cuenta con su respaldo. En el mismo lapso de tiempo Fernández le dio aire al clamor para suspenderlas y el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, lo acompañó en la aventura. El titular del bloque del FdT no estuvo sólo. Contó con la celeridad de De Pedro en Interior y desde este martes también cuenta con el acompañamiento de Kicillof, a través de su jefe de Gabinete, Carlos Bianco y de su ministra de Gobierno Teresa García.

En vísperas de las elecciones internas de la UCR en la provincia de Buenos Aires, se reunieron con el titular partidario y ex vicegobernador Daniel Salvador para repasar los preparativos de la votación partidaria que implicará la utilización de 342 escuelas. Luego de las elecciones a presidente de Bolivia del año pasado, que implicó la participación de 30.000 bolivianos residentes en Buenos Aires, la interna radical de este domingo será el segundo comicio que se realizará durante la pandemia en el mayor distrito electoral del país.

Se enfrentarán el intendente de San Isidro, Gustavo Posse y el legislador Maximiliano Abad, con un padrón que tiene 650.000 afiliados, aunque sólo participará el 15 por ciento.

Será un simulacro de las próximas elecciones, en las que participarán 13 millones de bonaerenses. Se trata de una señal para demostrar que el gobierno provincial está resuelto a realizar las primarias en agosto, tal como lo planifica la cartera de Interior para todo el país.

La suspensión: el margen se achica pero no termina

Los aprestos transcurren en la frágil normalidad de marzo y podrían alterarse si las condiciones sanitarias empeoran por el inicio de una segunda ola de contagios de coronavirus. Es la única razón que podría torcer la decisión de realizar las primarias y dar lugar a la segunda opción: postergar las primarias hasta septiembre, cuando haya concluido el invierno y realizar las generales en noviembre.

Si el pico de contagios impone ese escenario, los gobernadores que defienden la suspensión estarían dispuestos a aceptarlo, como una concesión para que se puedan concretar primarias en los distritos donde exista competencia y dejar la puerta abierta para no realizarlas en los distritos donde no hayan al menos dos competidores. La opción es considerada como una salida floja de papeles que podría ser impugnada por inconstitucional, pero está entre las alternativas que circulan a menos de dos meses del 10 de mayo, la fecha límite que establece la ley para convocar las primarias.

La eventual postergación genera entusiasmo en el oficialismo y dudas en la oposición. También entre los gobernadores norteños que se reunirán este viernes en Catamarca para realizar el cuarto encuentro de la liga norteña. En los cálculos electorales, el oficialismo contaría con más tiempo para que avance el plan de vacunación y poder contar con algunos signos palpables de recuperación económica, mientras que las fuerzas opositoras, como Juntos por el Cambio, contarían con más tiempo para ordenar sus internas pero a cambio de asistir a una recuperación electoral de su mayor adversario.

Hasta que se despejen esas incógnitas, los preparativos logísticos y técnicos de las próximas elecciones seguirán en marcha, a pesar de los temores sobre el impacto de la pandemia. La postergación toma cada vez más fuerza porque el margen para suspender las primarias es tan pequeño como el interés que tiene el kirchnerismo de descartar un mecanismo electoral que ideó Néstor Kirchner y estrenó la vicepresidenta Cristina Fernández en 2011, cuando transitaba el último tramo de su primer mandato presidencial.

Omar Muzzio

By editor

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