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Con la inminente reapertura de los puentes se disparará la llegada de compradores uruguayos que buscarán aprovechar el tipo de cambio. Esto podría provocar daños en ambos lados del río

Las autoridades uruguayas prevén que la próxima apertura del paso por los puentes que unen al vecino país con Entre Ríos disparará un desplazamiento masivo hacia la Argentina para aprovechar la diferencia cambiaria y adquirir productos a un tercio de su valor en Uruguay.

“Este es un problema que tiene sus años y sus vaivenes. A veces los precios son más baratos en Uruguay y en ese caso los argentinos se cruzan. Otras veces, como en esta oportunidad, es al revés. Esto es algo tradicional en las regiones de frontera. Pasa también al norte, con Brasil. Al no haber una política coordinada entre los países surgen estas dificultades”, explicó a Infobae Andrés Lima, el intendente de la ciudad uruguaya de Salto.

Luego de un año y medio de cierre de fronteras por el Covid-19, el intendente vaticinó que habrá “un éxodo, un desplazamiento masivo de uruguayos hacia la Argentina que terminará afectando el comercio local, con el consiguiente cierre de locales y la pérdida de empleos. Ya lo vivimos en otro momento y por eso la preocupación generó que los intendentes de Salto, Paysandú y Río Negro y los centros comerciales estemos elaborando una propuesta que presentaremos al Gobierno nacional”.

El próximo lunes 6 en Paysandú, el sector público y privado de la zona fronteriza con nuestro país elaborará un paquete de medidas para presentar ante el presidente Luis Lacalle Pou a fin de minimizar el impacto de los tours de compras.

“Serán para fomentar el consumo del lado uruguayo a través de algunos beneficios”, explicó Lima. El primero consistirá en “un descuento en los productos de la canasta básica que desestimule el cruce y beneficie al consumidor, al comerciante y al Gobierno. Hay un antecedente: el descuento del 24% en combustibles que rige para los tres departamentos litoraleños del Uruguay”, narró.

Aún con ese descuento, la nafta en Argentina está más barata. En pesos uruguayos, en nuestro país está en $30 el litro y en la otra orilla por encima de $50.

“Otra medida es el descuento del IVA, que en el Uruguay es del 22%, para los que compren con tarjeta de débito o crédito”, agregó el mandatario salteño.

Entre los ejemplos que avalan estas acciones figura lo que ocurre en Rivera y Artigas, ciudades divididas por una calle con Santa Ana y Quarai en Brasil donde los precios son mucho menores. Para contrarrestar, se instalaron free shops en territorio uruguayo. “Aquí planteamos algo similar, con el mismo resultado”, explicó Lima.

Están descartadas de plano medidas extremas y otras que no funcionaron en el pasado inmediato. “La apertura de fronteras y la libre circulación a través de los puentes es algo que se tiene que dar. Nadie está planteando que no se abran o poner algún tipo de límite, a no ser la vacunación que es un requisito que se pide en todo el mundo”, aclaró Lima. La puntualización no es menor: durante el conflicto por la instalación de las pasteras, asambleas argentinas cortaron el paso provocando un fuerte golpe en la economía oriental.

En las discusiones también se dejaron de lado los límites y las restricciones al comercio. “En su momento se instrumentó el ‘cero kilo’. Y no dio resultado. Los centros comerciales coincidieron en que no fue positivo. Luego se instrumentó un tope de 5 kg. Tampoco dio resultado”, precisó Lima.

El “cero kilo” fue una medida instrumentada durante la presidencia de José Mujica. Consistía en que el auto uruguayo que cruzaba a la Argentina debía retornar con el mismo peso con el que había pasado la frontera.

Daño inminente

Ricardo Paulino, presidente del Centro Comercial e Industrial de Salto, indicó que el 90% de las empresas de la entidad verán afectadas sus ventas cuando se habilite la circulación. Esto incluye firmas dedicadas a la gastronomía, el turismo, medicina, farmacias y primera necesidad.

El empresario tiene una distribuidora de alimentos. Cuando se cerraron los puentes y la gente no pudo cruzar a comprar a Concordia, sus ventas se elevaron entre un 30 y un 40 por ciento “incluso en medio de la pandemia”, remarcó.

Paulino consideró que la rebaja de precios e impuestos que se propondría al presidente Lacalle “no es suficiente. La relación es de 6 a 1. Y no alcanza con rebajar el IVA o disminuir en un 10 ó 12 por ciento algunos productos. Al poco tiempo tendrá un ‘efecto paisaje’ y será algo común que no cambiará la realidad”, evaluó.

Para sostener su postura, puso números concretos a algunos productos. Como referencia, hay que considerar que el tipo de cambio oficial es de 2,30 pesos argentinos por cada peso uruguayo:

– El aceite de girasol tiene un valor en Concordia, del lado argentino, de 35 pesos uruguayos y en Salto hay que pagar entre 130 y 140 pesos uruguayos.

– El kilo de sal está en Argentina a $u 28 y en Uruguay se comercializa el medio kilo unos $u 45.

– La yerba vale $u 60 en Concordia y en Salto cuesta $u 170.

– Una noche de hotel varía entre $u 250 y $u 1.500 según el lado del río.

– Un almuerzo promedio en un restaurante argentino le sale a un uruguayo unos $u 250, pero en su país debe abonar más de $u700.

“En Uruguay tenemos que lograr ser más competitivos con toda la región. Necesitamos más política de frontera donde se baje el costo de la luz, el agua, los aportes e impuestos. No queremos ser más baratos, sino más competitivos y que eso se mantenga en el tiempo”, planteó el empresario.

Paulino también marcó que el turismo argentino de alto poder adquisitivo “va hacia Punta del Este, Rocha o Piriápolis. Es muy poco el que viene a Salto” y por lo tanto “no nos puede salvar”.

Por el contrario citó que según datos del Centro Comercial, en días pico antes de la pandemia pasaban hacia Concordia unos 5 mil autos. A dos o tres ocupantes por vehículo, la población de la ciudad entrerriana se incrementaba casi un 10% en esas jornadas.

Mucho y poco

El incremento de la demanda en las ciudades argentinas fronterizas provocará una suba en las ventas del comercio local. Los comerciantes suelen aprovechar este flujo de pesos uruguayos para saltar las restricciones nacionales y comprar dólares en el vecino país. Pero, en paralelo, existe el riesgo de que los productos de consumo masivo suban de valor y se alejen de los bolsillos de los consumidores locales.

Pablo Lapiduz, director de Defensa de la Competencia de la Municipalidad de Concordia, dijo que hasta ahora no hay ninguna previsión para atender esta situación. “No podemos legislar localmente sobre precios. Es jurisdicción nacional. Nosotros sólo colaboramos con el control de precios que se fija en programas nacionales”, explicó.

El funcionario precisó que antes de la pandemia no surgió de las inspecciones una variación del precio de los productos a valor nominal. Lo que sí se registraba eran variaciones en el cambio de monedas: se pedía una cotización mejor del peso argentino, lo que encarecía parcialmente para los uruguayos el producto. Otros, por el contrario, mejoraban el tipo de cambio para atraer consumidores orientales, comentó. Esto se daba principalmente en locales gastronómicos.

Omar Muzzio

By editor

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