
En consecuencia, el fabricante japonés ha tenido que recortar otros 50.000 vehículos de su plan de producción, que para junio queda reducido a 800.000 vehículos. Hace apenas unos días, ya anunció la reducción de unos 900.000 automóviles a 850.000.
Si el número de unidades producidas por Toyota en Japón sigue bajando, además de ver cómo caen en picado sus ingresos, la multinacional se verá obligada a seguir alargando las listas de espera de sus clientes, que en algunos mercados ya superan en muchos casos los 10 meses.