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La nueva variante del coronavirus, Ómicron, empieza a preocupar a los expertos al tratarse de una mutación más contagiosa y que tendría cierta resistencia contra las vacunas. En ese marco, ya se conoció el primer país que decidió imponer medidas restrictivas: Israel.

El gobierno en Jerusalén decidió que se cierren las fronteras para cualquier ciudadano extranjero para prevenir la expansión de la nueva cepa con origen en África. Además, impondrán restricciones internas y advirtieron que aquellos residentes que regresen al país deberán hacer una cuarentena.

En las últimas horas se confirmó el primer caso de la variante ómicron en ese país, mientras aguarda el resultado de otros doce sospechosos que también provenían del continente africano.

Desde el gobierno de Naftali Benet comunicaron que la medida estará en vigor durante dos semanas a la espera de ver cómo se desarrolla la nueva variante del coronavirus. Además, el primer ministro señaló que pretende “mantener Israel protegido del exterior y abierto a nivel interno”.

“Nuestra misión como Gobierno es permitir que la vida siga de la forma más rutinaria posible”, agregó el mandatario que asumió en junio de este año y agregó que para esto, es necesario “endurecer ahora el cierre de fronteras para mantener Israel abierto por dentro”.

Además de Israel, se confirmaron que también hay casos de la variante originada en Sudafrica en países como Reino Unido con dos casos Países Bajos, al igual que Alemania, Italia, República Checa y Bélgica, elevaran sospechas de que la variante llegó también a sus países.

Además, Australia confirmó en las últimas horas que tienen dos pasajeros provenientes de África contagiadas con esa variante. Botsuana y Hong Kong también confirmaron casos de la nueva cepa.

Omar Muzzio

By editor

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